Don Pedro Benito Solari

Datos biográficos

Pedro Benito Solari era hijo de don Benito Solari y de doña Isidra Olascoaga.

Nació en Salto el 11 de Marzo de 1904 y falleció el 27 de octubre de 1982 a los 78 años luego de una prolongada enfermedad. Conservó la lucidez hasta el final de su vida.

 

Don Pedro Benito Solari

Don Pedro nació en una familia de inmigrantes forjada en una conjunción de ancestros muy común en el Río de Plata, italianos y vascos, pero extrañamente, no frecuente en Europa.

Los Pirineos y otras montañas eran una frontera infranqueable que no existía en América que los unía y les ofrecía la posibilidad del encuentro.

Fundaron una combinación de culturas y genes que resultó muy vigorosa y fecunda.

Don Pedro recibió la sangre de esa raigambre de hombres dedicados al trabajo que miraban hacia adelante con la fuerza de un desafío.

Sus ancestros habían cruzado el Atlántico y decidieron que Salto era su destino por elección. Llevaba en sí las raíces que aquí se unieron: de su padre, genoveses, dedicados al comercio y navegantes, recibió las del Mediterráneo; y de su madre las de los vascos de Guipúzcoa.

Su abuelo don Pedro Olascoaga, fue el médico de Salto en las grandes calamidades de epidemias incurables como la fiebre amarilla.

Forjó su vida en el comercio con la savia heredada de sus mayores y con el don recibido además, del culto responsable de la tierra. El esfuerzo y esmero que merece su cuidado.

Comenzó sus desvelos desde muy joven. Su padre, don Benito, había muerto en una infortunada circunstancia de un mal inesperado que le sobrevino de repente.

Tenía diecinueve años y su responsabilidad lo indujo a acompañar a su madre, cuidar de la familia y sus trabajos.

Ese desenlace hizo que abandonara su carrera de Ingeniería Civil que estudiaba en Montevideo. Fue proverbial, entre quienes lo conocieron, su don para las matemáticas, sus cálculos de números en el aire y su vocación para estudiar la teoría de esta ciencia en los libros de avanzada de su época, vocación que lo acompañara toda su vida.

 

Estudios

Los estudios de primaria los inició en el Instituto de enseñanza “José Pedro Varela” de don Pedro Thevenet en la calle Brasil 1118, de Salto, donde estudiarían los Amorim, los Villar entre otros muchos contemporáneos.

El Liceo lo cursó en el Instituto Politécnico Osimani y Llerena de esta ciudad.

 

Citricultura.

Desde muy joven se dedicó a la agricultura en plantaciones de cereales en las chacras y al cuidado de quintas de citrus.

Vislumbró entonces, el potencial que las tierras y el clima de Salto ofrecían para el cultivo de la citricultura como fuente de trabajo y riqueza para la región.

Por lo que decide estudiar y profundizar este conocimiento en forma sistemática y para eso emprende un viaje a Estados Unidos donde allí, de esta manera, se estudiaba y cultivaba las quintas de naranjos.

En el año 1932, en las postrimerías de sus veinte años, se inscribe y participa en los cursos de verano de la Universidad de Riverside en el sur de California en Estados Unidos.

Dicha Universidad había establecido una estación experimental de citrus ("UC Citrus Experiment Station") con la meta de desarrollar estos cultivos y sus nuevos avances en la fertilización y canalización de tierras.

Allí se vinculó a académicos del mayor nivel -algunos de estos después vinieron a Salto, en visita de amigos- como el Dr. H. S. Fawcett, eminencia mundial en esta especialidad agrícola.

También en ese entonces, estudió en la Universidad de Florida por varias semanas, visitó quintas de citrus y se vinculó a prestigiosos Viveros para conseguir yemas de alta calidad y nuevas variedades, de allí y de California.

En 1954 decide volver a Estados Unidos al estado de Florida para mantenerse al día con los últimos avances de la citricultura y empaparse de las nuevas técnicas en la extracción de jugos que era lo que a su juicio completaría el ciclo industrial que merecía la citricultura. En este viaje que duró algunos meses fue acompañado por un grupo de citricultores de Entre Ríos, Argentina, de los que era amigo. Ellos también apostaban a un cultivo moderno con los plus industriales que abarcaran todo el ciclo y las posibilidades de los cítricos: su fruta, su jugo y sus aceites esenciales.

 

Nuevas técnicas citrícolas que implantara:

Nuevo porta injerto -pie- para las copas de citrus.

El árbol de citrus resulta de la combinación de dos plantas. Una llamada pie o porta injerto que es la raíz y parte del tronco mientras que la otra es el injerto o la variedad de citrus a cultivar: naranjas, mandarinas, pomelos, etc. que injertada forma la copa del árbol y es la que produce frutos.

Las plantaciones de naranjos se hacían, en aquella época, usando naranjos amargos como pie para los injertos. Don Pedro, como resultado de sus investigaciones en sus viveros propios, decide cambiar este pie tradicional de Naranjo Amargo Citrus auriatum por otra planta llamada Trifolia, Poncirus trifoliata.

Esta última planta está emparentada con el naranjo pero tiene un ciclo biológico diferente ya que pierde sus hojas en invierno y el naranjo en cambio, continua con hojas verdes en esta estación. Parecerían incompatibles, juntarlas fue un desafío que resultó un éxito.

Las plantas se hicieron más vigorosas, superaron enfermedades y ganaron en crecimiento ya que mejoraron sus raíces y la resistencia a los grandes fríos de las heladas.

Desde entonces se fue estableciendo para las plantaciones citríciolas con criterio comercial la “trifolia” como norma para porta injertos.

Era el comienzo de una revolución en esta área de la Citricultura.

 

Nuevas variedades para una citricultura moderna exportadora y de industria.

Las variedades que se cultivaban en Salto eran muy pocas: las conocidas y tradicionales naranjas dulces “Criollas”, y las mandarinastangerinas”.

Las plagas de langostas, las escasas técnicas conocidas, las enfermedades, las heladas, las grandes sequías, hacían que se plantaran pocas variedades, sobrevivientes de esas calamidades y que estaban destinadas al mercado interno.

Don Pedro regresa al país con la convicción que la calidad de los suelos y el clima de Salto eran aptos para un gran cambio y desafío.

Vislumbró, un porvenir que resultó visionario: Un cultivo moderno basado en una citricultura innovadora proyectado al mercado exterior.

Se debía apostar a la exportación de fruta fresca. Plantar y cultivar fruta de alta calidad para acceder a los mercados mundiales.

Los mercados de Europa con su posibilidad compradora serian un destino para el citrus de Salto. Se debía plantar, no importaba el tiempo que insumiera, lo que en el exterior se consumía, las variedades de alta calidad que además, soportaran el largo viaje de ultramar que este destino exigía.

En los principios de la década de treinta - 1932- importa yemas de varios viveros de California y Florida de Estados Unidos que entrega a su vez a la Escuela de Agronomía de Salto dependiente de la Universidad de la República para que también las reprodujeran y diseminaran.

Implanta entonces en sus quintas de Salto las variedades modernas traídas especialmente como la valencia, pomelo, mandarinas sin semillas y otras con el destino de frutas de excelencia para el mercado exterior.

Plantó un vivero con todas las variedades que trajo de Estados Unidos, que era una colección completa de las familias de citrus.

 

Plantaciones en curvas a nivel. Estas plantaciones se marcan en curvas siguiendo las sinuosidades, los perfiles de las pendientes de los suelos. De esta manera los sostienen e impiden el escurrimiento violento del agua evitando la erosión.

Don Pedro en la década de los treinta inició este sistema de plantaciones que fue pionera, por largos años fue la única, no se conocía otra parecida.

Los técnicos iban a verla como curiosidad. Fue una novedad en esa época hoy es una técnica generalizada en todos los cultivos para salvar la formación de cárcavas y el desgaste de los suelos.

 

Exportaciones a Europa

Aspiraba abrir nuevos mercados para la fruta fresca de Salto aún si éstos no redituaban ganancias, era el principio. El futuro era lo que importaba, trazar el camino de lo que vendrá.

En la década del treinta comienza su exportación de fruta fresca a Europa. Holanda, Francia, Inglaterra y Hamburgo fueron sus primeros destinos donde la fruta fue recibida como de calidad extraordinaria.

Esta corriente exportadora incipiente debió suspenderse por la Segunda Guerra Mundial. Dos de los barcos mercantes que transportaban la fruta de sus quintas fueron hundidos por barcos alemanes.

A finales de la década del treinta y los cuarenta envía a Buenos Aires en barcos, “chatas”, que se embarcaban periódicamente desde el puerto de Salto.

Se exportó en grandes cantidades a Buenos Aires a la firma consignataria “Hudson y Ciovini”, quienes la recibían.

Se llamó “Campeona” a una de las variedades que por su tamaño y sabor tenía mucha demanda en el mercado. Así se le sigue llamando en Buenos Aires a esta fruta.

La venta de fruta del Mercado Interno se hacía en el Mercado Modelo, en los Puestos 17 y 19. Don Pedro también se preocupó de crear un hábito de consumo de cítricos en los uruguayos, por lo que a través de afiches y mensajes publicitarios se proclamaba las bondades de esta fruta como fuente de vitamina C.

Después de superar muchos inconvenientes, -las empaquetadoras (packing) de cítricos todavía no se conseguían y debió adaptar los de otras frutas- en la década de los años sesenta establece la corriente exportadora hacia Europa que continúa hasta nuestros días y que es uno de las mayores riquezas y fuentes de trabajo de Salto, hasta el punto que ha tomado un perfil emblemático del Departamento “naranja” reconocido así en el país.

El mercado de entrada de casi todo el norte de Europa era el puerto de Rotterdam, allí se vendía la fruta en remates al mejor postor. Sus marcas comerciales, “la naranja Solari”, tenían un precio mayor ya que se reconocía un origen de calidad que los clientes finales apreciarían al llegar a sus manos en los supermercados.

 

Exposiciones Citrícolas

A su regreso de Estados Unidos colabora con una Exposición Citrícola que se organizó en la Sociedad Fomento de Salto de la que era vicepresidente.

En la década del 60 con un nuevo éxito de las exportaciones don Pedro reinicia nuevamente estas secuencias transformándolas en una fiesta tradicional “Fiesta de la Citricultura” de Salto que se celebraba año a año luego de las cosechas.

En el año 1970 inclusive, organiza una gran Exposición Citrícola en Montevideo para dar a conocer a todos los uruguayos esta riqueza del país que daba trabajo con respaldo social a quienes directa o indirectamente se vinculaban con este esfuerzo del cultivo y exportación de citrus.

 

Industria

Instaló la primera fábrica de jugos citrícolas en la década del 50, ubicada en su quinta, antecesora de la fábrica de jugos instalada luego en la ciudad (Avda. Batlle y Reyles).

Allí se extraían jugos de citrus que eran embotellados en damajuanas y se vendían a la fábrica Crush en Montevideo.

El jugo de pomelo se vendía a C.U.B.S.A. (Compañía Uruguaya de Bebidas sin Alcohol S.A.) y en su botella se leía: “Grappe Fruit elaborado con frutas de Pedro B. Solari – Naranjales (Salto)”. Así como también se vendía a la Compañía Salus para sus refrescos de Pomelo.

También se fabricaron jugos concentrados que se vendían a “Coca Cola Export”, con los que se elaboraban los refrescos de esta marca.

 

Comisiones de apoyo a la agricultura

Formó y presidió la “Comisión Honoraria de Lucha contra la Cochinilla Roja Australiana”,

también formó y presidió la “Comisión Honoraria de la Lucha contra la Langosta.” Calamidades hoy superadas pero que en esas décadas heroicas del cuarenta, sin específicos ni técnicas, arrasaban los cultivos. El combate debía hacerse entre todos para que los males que desbastaban los cultivos fueran erradicados.

 

Compañía Olivarera Salteña Ltda.”

Desde siempre cultivó olivos y buscó la forma de obtener su aceite con prensas que fue perfeccionando.

Por años don Pedro vendió este aceite a fábricas oleaginosas del sur del país para que mejoraran los que producían estas plantas, con el agregado del aceite de oliva que se enviaba desde Salto.

Luego en la década del setenta instaló en un predio de Cuatro Bocas una planta modelo que importó de Italia que con la denominación “Compañía Olivarera Salteña Ltda” que incluía a los hermanos Boiani como socios y se dedicó a la extracción de aceite de oliva virgen de óptima calidad que así se comercializaba.

 

Ganadería

Se dedicó a la cría de ganado y al mejoramiento de las razas para el mejor rinde de la producción de carne.

Compraba reproductores de la raza Shorthorn en el Prado, también con este fin importaba toros de “pedigree” de Palermo, Buenos Aires y de Inglaterra.

Siguió este criterio de mejoramiento de carnes en crianzas de invernadas de novillos y confiaba que habría un futuro para que esta riqueza de Salto se industrializara .

Había participado como accionista en las décadas de cuarenta y cincuenta en el Saladero “La Caballada” donde se había preocupado para exportar tasajo a los mercados históricos de Cuba y Brasil.

 

Comercio “Pedro B. Solari y Cía.”

Se dedicó al comercio a partir del año 1941. Se unió a la casa de Comercio fundada por su abuelo y continuada por su padre Benito en la firma “B y N Solari” que transformó en “Pedro B. Solari & Cía.”

Este comercio estuvo dedicado a la mas alta amplitud comercial imaginada: Registro de telas, tienda, almacenes y barraca de “Frutos del país” de lanas y cueros que abarcaba toda la campaña como casa mayorista.

Bajo su dirección se repartía a los chacreros semillas de alta calidad de maíz, trigo, girasol que luego compraba asegurándoles un precio conveniente establecido de antemano de sus cosechas que se vendían a las oleginosas del sur. Formaban un área de chacras muy amplias que promovía el trabajo de la tierra a quienes la cultivaban.

La tienda del Registro era un trabajo en el que integraba a su esposa doña Elsa Farinha, y le delegaba la responsabilidad de lo que allí se vendía: telas de sabanas, lienzos, casimires, etc., ella intervenía y era la encargada de esta parte del comercio.

 

Forestación en el departamento de Rivera

Fue pionero en las plantaciones forestales del país. Observando las tierras arenosas y profundas del Departamento de Rivera vislumbró un futuro promisorio en esas tierras “pobres” como

sustento de una industria maderera basada en la potencialidad de los árboles y su celulosa.

En 1976 en Buena Unión inicia plantaciones de pinos y eucaliptos que ampliaría a extensas y otras zonas de ese departamento.

 

Presidente Comisión Honoraria del Hospital de Salto.

Con varios vecinos de Salto convocados por el Dr. Elías Pascale se formó una Comisión Honoraria para llevar adelante las obras de remodelación del antiguo Hospital para adecuarlo a las necesidades de una infraestructura moderna de una medicina que había evolucionado y para que el Hospital no tenia soporte.

Esta Comisión se inició en el año 1956 presidida por don Pedro B. Solari y trabajó durante varios años.

Recibieron partidas de dinero del Ministerio de Salud Pública y organizaron colectas entre la comunidad de Salto que respondió con generosidad.

Fueron convocados : el comercio, la banca, empresas y el pueblo en general quienes con su apoyo lograron el Hospital Regional Salto que hoy conocemos.

Se hicieron reformas sustanciales, casi un Hospital nuevo. Un Hospital moderno para la década de los años sesenta que es el que funciona hasta el día de hoy.

 

Comisión Pro-Aeropuerto de Salto

En el año 1956 se formó una comisión para remodelar “el Campo de aviación de Nueva Hespérides”. No tenía pavimento de hormigón, su pista era corta y estaba situado de Este a Oeste con vientos que no beneficiaban los vuelos de los grandes aviones.

Entre varios vecinos se conformó una Comisión Honoraria Pro Aeropuerto, presidida por don Pedro B. Solari.

Se promovió y se obtuvo la compra de un campo adyacente para alargar la pista de aterrizaje del Aeropuerto de Salto. Se configuró de Norte a Sur como los técnicos aconsejaban.

Se apostó al futuro. Salto merecía una pista de aterrizaje para que los grandes aviones pudieran incorporarse a este tráfico moderno.

Se consiguió también un equipo para los aterrizajes con instrumental especializado que señalizaba la ubicación de la pista en los días nublados evitando el cierre del aeropuerto.

Se instaló a su vez Balizas con luces que delimitaban la pista, marcándola en la noche para permitir los vuelos nocturnos.

Fueron logros que hasta el día de hoy prestigian Salto y le abren caminos al mundo.

 

Familia

Formó una familia con doña Elsa Farinha con quien tuvo cinco hijos.

Tuvo una vida sencilla basada en el trabajo, luchó por la democracia en todos los tiempos aún en los primeros sinsabores de 1935 cuando fue detenido y llevado prisionero a Montevideo por oponerse al gobierno de facto de ese momento.

Reconoció a la Escuela Pública y gratuita del país como el mejor medio para el desarrollo de la democracia. Hizo cuestión de que sus cinco hijos recibieran la educación a través de los Institutos de Enseñanza Pública basados en los principios de don José Pedro Varela para que obtuvieran la perspectiva de vida basada en el principio de igualdad, donde las diferencias están marcadas solamente por “las aptitudes y virtudes de cada uno”; entendiendo además, que los maestros eran elegidos por su capacidad y conocimientos.

Gran lector, tenía una memoria prodigiosa donde acumulaba conocimientos de literatura, poesías que recitaba de memoria, amante de la buena pintura y de la música clásica que escuchaba en familla.

Fue un gran deportista. Lo atraía el río Uruguay, nadar en los torrentes de las restingas, recorrer sus aguas embarcado, remanado en solitario en exigidos entrenamientos en un bote “single” o acompañado con el mismo rigor de competencia en un “four”. Entrenaba con otros remeros, sus amigos y ganaba trofeos representando al Club Remeros cuando este estaba en un barco y sus socios eran todos remeros. Salieron varias veces campeones con las “Copas del Río Uruguay”.

Sus amigos más próximos de su entorno y otros esparcidos por el mundo, de Argentina, de Estados Unidos, de los países a los que exportaba y tenía negocios sabían que con su conversación podían explayarse con los extremos del conocimiento humano en todas sus áreas.

Era apasionado observador de la naturaleza, buscaba sus misterios en los mares, la composición de los suelos y sus formaciones geológicas.

Amaba y era aficionado al trabajo manual de herrería y de mecánica.

Era para él un motivo de orgullo “saber agarrar las herramientas”, las más sencillas, la pala, la tijera de podar y trataba de enseñar su uso a todos los que lo rodeaban.

Así como también conocía y enseñaba las artes y las técnicas de plantar, acodar.

Sembrar era una adicción que lo apasionaba.

Lo que debemos decir de don Pedro en estos fragmentos de palabras es que siempre apostó a la semilla, a la metáfora y a la parábola de la siembra, la espera con esperanzas de lo que vendrá.

Los riesgos de la cosecha, la espera de los frutos, en todos los sentidos que tiene la palabra, eran dones por los que valía la pena aventurarse, los frutos contienen las semillas hasta que maduran y luego contribuyen a diseminarlas.

 

Isidra Solari

Salto, 10 de septiembre 2013